La epilepsia es una enfermedad neurológica grave de evolución crónica. Afecta al 25% de niños menores de 15 años. Tras el diagnóstico, la primera línea de tratamiento son los anticonvulsivantes. Cuando no hay respuesta a estos fármacos, hablamos de epilepsia refractaria, y hay que tomar otras medidas. En este punto, las opciones pueden oscilar entre la cirugía o la dieta cetogénica (DC). Esta última se convierte en la mejor opción terapéutica en aquellas personas que no son compatibles con la cirugía.

Aunque aún está en investigación los procesos por los cuales la dieta cetogénica es eficaz, se conocen algunos de ellos. La teoría se basa en que los cuerpos cetogénicos que se producen en el hígado son anticonvulsivos directos. Al ingresar en el cerebro inducen un estado de cetosis. Durante este proceso, hay más eliminación de glutamato y mayor conversión a GABA.

¿En qué se basa la dieta cetogénica?

Cuando hablamos de DC nos referimos a una dieta con alto contenido de grasas, niveles adecuados de proteínas y bajo contenido de carbohidratos. Por su composición, produce cambios metabólicos en el organismo ya en las primeras horas de inicio. Los cuerpos cetónicos que se producen desencadenan una estabilización de la función sinóptica.

Corresponde al neuropediatra recomendar este tratamiento, analizando los factores clínicos y sociales de la persona por si hubiese efectos adversos. En ocasiones los efectos adversos que aparecen hacen necesaria la introducción de multivitamínicos comprar ventolin. Hay que hacer un asesoramiento previo a las familias para hacer esta dieta de forma efectiva.

La dieta cetogénica logra disminuir las convulsiones de los pacientes a la mitad. Asimismo, maximiza el neurodesarrollo y la calidad de vida tanto del niño como de su familia. Para ello, hay que tener en cuenta todos los factores que rodean el caso para conseguir unos beneficios óptimos.

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