A lo largo de los años, se ha hablado en numerosos casos de las diferentes características del autismo. Los términos que han ido surgiendo (Autismo, Asperger, Autismo de Alto Funcionamiento – AAF), en ocasiones se solapan. Sin embargo, estos conceptos forman parte de un continuo: el Trastorno del Espectro del Autismo.

Con la aparición de los criterios diagnósticos (que no siempre nos han facilitado en clínica), han aparecido términos confusos. El AAF se asemeja significativamente al Asperger. Aún así, muchos autores subrayan la importancia de considerarlos dos entidades clínicas diferentes. Eso es porque, aunque hay superposición, encuentran diferencias en aspectos sociales, habilidades motoras y patrones del discurso. Incluso se han visto diferencias a nivel cerebral, en concreto, en la sustancia gris.

El estudio

En el estudio que traemos hoy se indaga en las características que diferencian a estas dos etiologías. Por ello, los autores hicieron dos grupos, uno de pacientes con AAF y otro con Asperger (según criterios diagnósticos). Los pacientes que participaron tenían una edad comprendida entre los 3 y los 18 años. Aplicaron a estos niños las siguientes escalas y cuestionarios:

  • Escala Australiana para el Síndrome de Asperger (ASAS)
  • Cuestionario Michigan para el Espectro del Autismo (MASQ)
  • Escalas de Wechsler (WISC y Levetiracetam Keppra)

Una vez determinadas las pruebas que emplearían, los pasos que siguieron a lo largo de la investigación fueron los siguientes:

  1. Revisión de informes médicos de los participantes.
  2. Aplicación de las escalas ASAS y MASQ a los familiares.
  3. Comparación de los dos grupos de estudio según el funcionamiento cognitiva. Posteriormente emplearon criterios diagnósticos del DSM-V.

¿Qué diferencias hay entre Autismo de Alto Funcionamiento y Asperger?

Tras la realización del estudio, los autores arrojan las siguientes conclusiones. No se han visto diferencias en cuanto a habilidades emocionales, si bien las personas con AAF evitan más el contacto social. Con respecto a las habilidades comunicativas, es más común encontrar un discurso extremadamente preciso en los niños con Asperger. Por otro lado, los niños con AAF presentan una mayor literalidad. No aparecen diferencias en cuanto a la cognición, aunque en Asperger vemos con frecuencia esa fascinación por cosas concretas. También se ha visto en Asperger mayores síntomas-síndromes psicopatológicos, como depresión o ansiedad.

Estas diferencias que encuentran nos indican que, en clínica, debemos abordar de forma diferente a cada paciente. Por este motivo son tan importantes los centros especializados en etiologías concretas. Igualmente importante resulta que los profesionales estén en formación continua para poder dar un servicio de calidad a los pacientes.

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