¿Cuál es tu formación? ¿Cuáles son los hitos más importantes de tu formación?

Nací en Madrid en 1971 y he vivido en dicha ciudad toda mi vida. Estudié Medicina en la Universidad Complutense de Madrid, licenciándome en el año 1995. Desde antes de empezar la carrera universitaria ya me interesaban las neurociencias, por lo que no fue sorprendente que al presentarme al examen MIR tuviese claro que quería especializarme en Neurología. Tampoco tenía dudas sobre cuál era el mejor centro a elegir para especializarme (y tampoco ahora).

Entré a formarme en el servicio de Neurología del Hospital Universitario “12 de octubre” en el año 1996 y terminé en el 2000. Fueron años estupendos, tanto personales como profesionales, aunque la carga de trabajo era muy elevada. En el año 2000 tuve la oportunidad de vivir 4 meses en Indianápolis (EE.UU.) como visitante en el Indiana University Hospital. Fue una experiencia muy interesante para ver cómo se trabajaba en un gran hospital norteamericano.

Tras terminar la residencia

Al terminar la residencia tuve algún contrato de breve duración hasta que en el 2001 el Hospital Central de la Cruz Roja de Madrid seleccionó un neurólogo para crear una nueva unidad de neurología. El objetivo era apoyar el trabajo en el ámbito de la neurogeriatría. Estuve trabajando en dicho hospital hasta el 2007. Durante ese tiempo descubrí la forma de trabajo y el método de evaluación geriátrico. Fue un orgullo para todos crear el primer programa de neurogeriatría multidisciplinar en un centro sanitario junto al servicio de geriatría. En el año 2008 fue nombrado jefe de sección de Neurología en uno de los nuevos hospitales de la Comunidad de Madrid, el Hospital Infanta Cristina de Parla.

Inaugurar un centro asistencial es una experiencia que pocos tienen y que tengo que agradecer. El equipo de personas con las que trabajé era estupendo y la experiencia enriquecedora durante todo el tiempo que estuve allí. En el año 2016 tuve la oportunidad de volver al hospital “12 de Octubre” después de 16 años fuera. Volver al servicio donde te has formado y como jefe de servicio es una experiencia vital que no puede rechazarse.

Obviamente, el reto de gestionar a casi 50 profesionales siempre genera inquietud y respeto. Desde mi llegada al hospital he encontrado un equipo profesional de talla internacional, con una implicación impresionante y con un gran potencial. No puedo decir más que palabras de agradecimiento por su recibimiento y su implicación el proyecto asistencial.

¿Por qué decidiste dedicarte al campo de la neurología de la conducta?

Siempre he dicho que me considero un neurólogo “general”, porque me gustan las neurociencias en su conjunto y siempre he creído que hay que tener una visión global de la neurología para ser buen profesional. No obstante, desde la residencia me interesaron los pacientes con daño cerebral adquirido y las enfermedades neurodegenerativas.

Al comenzar mi trabajo profesional con pacientes ancianos en el Hospital Cruz Roja pude observar que la mayor parte del trabajo estaba relacionado con dichas patologías. En todo caso, nuestra corteza cerebral es la que nos hace seres humanos y trabajar en dicho ámbito tiene un interés, que podríamos llamar, trascendente…o por lo menos nos abre una puerta a entender cómo funciona la mente.

¿Qué importancia tiene tu profesión en el ámbito de la neurorrehabilitación?

Si el neurólogo diagnostica y trata solo los pacientes en el momento agudo, sería solo aplicar su conocimiento a una parte del proceso de las enfermedades neurológicas. Durante mucho tiempo los servicios médicos se han aplicado a trabajar en las enfermedades agudas, dejando de lado los procesos crónicos y los procesos de recuperación de los mismos.

Afortunadamente esto está cambiando. Las evidencias sobre la importancia de la neurorrehabilitación son crecientes y aplicar un sistema para tratar un paciente una semana y dejar después el curso a la naturaleza no tiene sentido. Además de no ser ético, es ineficiente y despilfarra los recursos invertidos en el tratamiento de la fase aguda.

¿Has participado o participas en alguna investigación relacionada con el campo?

He trabajado en el análisis de los factores pronósticos de recuperación tras el ictus en pacientes ancianos y en las enfermedades neurodegerativas. El servicio de Neurología del Hospital “12 de Octubre” trabaja desde los años 90 en el estudio NEDICES (NEurological DIsorders In Central Spain).

Es un estudio epidemiológico a largo plazo sobre factores que influyen en la aparición y desarrollo de diferentes enfermedades neurológicas, especialmente las neurodegenerativas. Sólo en Medline tenemos más de 70 artículos publicados sobre dicho estudio. Seguimos trabajando en dicho proyecto enriqueciéndolo con una base de datos con muestras biológicas y genéticas.

¿Cuáles son tus proyectos más importantes?

En este momento trabajo en diversos proyectos de investigación de neurología de la conducta y demencias. Además, tenemos varias líneas de trabajo junto al CSIC para el desarrollo de aplicaciones tecnológicas que ayuden al diagnóstico y la monitorización de los enfermos neurológicos.

¿Qué significa para ti este premio?

Sinceramente ha sido una sorpresa. Siempre que un compañero piensa en ti como un buen profesional es un aliciente para seguir trabajando día a día. Si ese reconocimiento se hace extensivo a un conjunto de profesionales como INEURO® la gratificación es todavía mayor. También creo, que como yo, hay decenas de neurólogos en nuestro país que merecen el premio, grandes profesionales que se implican en el día a día en su trabajo con brillantes carreras profesionales.

Un consejo para los jóvenes que se inician en esta amplia y apasionante profesión.

Lo mismo que digo a mis hijas, que todavía son pequeñas, sobre su futuro profesional. Si algo os apasiona dedicaros a ello, nunca sabe lo que el futuro nos deparará. Dice Peter Drucker que “mejor que predecir el futuro, es construirlo”. Trabaja en el futuro que quieres para ti en 15 o 20 años.

Hay que tener iniciativa, generar alianzas con tus colegas y arriesgar. Si trabajas en lo que te gusta, siempre hay recompensa. Trabajar con la mente es un terreno apasionante y exótico para el que viene de fuera. Si además con tu trabajo consigues que un paciente se recupere de su problema neurológico, es algo (casi) mágico.

¿Cuáles son las claves para convertirse en un buen profesional?

Tres cosas: pasión, pasión y trabajo. Si trabajas en algo que no te atrae intelectualmente nunca podrás salir de la mediocridad, y desde el punto de vista personal estarás encerrado en una trampa. Por supuesto, los proyectos profesionales no se consiguen solo con ganas. A veces nos falta cultura de esfuerzo, visión a largo plazo y paciencia. Dice el sabio: “Un largo camino comienza siempre con un primer paso”.

Tan solo despedirme agradeciendo a INEURO® el premio recibido, es un orgullo estar en la primera entrega de dichos galardones. Además, os deseo mucho éxito en vuestro trabajo, seguro que los pacientes lo agradecerán.



1 comentario

  • Domiciano puente Pérez

    Enhorabuena doy fe de su profesionalifad por ser mi neurólogo . Conozco a través de mi hija Cristina puente que hizo la carrera de medicina juntos en el 12 de octubre de su valía tanto a nivel personal como profesional repito enhorabuena

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